Jueves 19 de Agosto 2010, las 19´15 horas, Almazora (Castellón), saco la Madrileña por la puerta del garaje y la lluvia sigue cayendo fuertemente, no como hace una hora que parecía el diluvio universal, pero tenia que salir hacia el embarque en Valencia y me hice el animo, traje de agua, patada y puesta en marcha, vista al frente, me  santiguo y engrano la primera marcha, la madrileña empuja con alegría como diciendo, otro viajecito mas ¡adelante¡, y yo me contagio con los primeros ronroneos de mi vespita, y en apenas unos kilómetros se disipa el agua como la oscuridad con un rayo de sol, y me acuerdo de una frase de William Shakespeare que decía; el amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia (o tal vez era al revés) , y valla si tenia razón , el tiempo que hasta aquí se mantenía revuelto y mudable pasado Nules la lluvia cesó, y un sol radiante me da la bienvenida, mi animo se acrecienta, poco a poco mis ojos recorren la geografía del cielo y veo que las nubes no tienen la textura oscura de hace apenas unos kilómetros atrás, y la Madrileña empuja con mas animo si cabe, tarareo una canción  como queriendo unir esa simbiosis entre la Vespa y yo, como amantes en un atardecer de otoño lluvioso, y nos adentramos poco a poco entre edificios y trafico de ciudad, llegamos al Puerto de Valencia para recoger los pases, lo ago y nos hacen pasar al parking cerrado para embarcar, fotos de rigor por mi parte a todo lo que veo y se mueve, y  por parte de algunos de los presente a la Madrileña

inmortalizándose con ella también, después de hora y media embarcamos y nos acomodamos dentro, mi amiga se queda en las entrañas del barco, bien amarrada y calentita, tal vez pensando en lo que se le avecina en la isla, yo me subo para acomodarme lo mejor posible, me tomo la segunda “biodramina” hablo un ratito con el amigo Antonio (otro motero
con una BMW 1200) y el sueño me vence, me despierto viendo las luces de la costa de Mallorca, ¡no me lo puedo creer¡, y sin pizca de mareo, si al final me hago un lobo de mar como siga montando en barco, una hora después ya estaba en tierra, en La Ciutat, como la llaman los mallorquines, se presenta
impresionante desde que al puerto se acerca lenta y pausadamente, desembarco y  directo al hotel, y este año si se ha superado el amigo Juan Jose y la organización con el amigo Andy al frente, Horizonte era el nombre del hotel elegido y después de algún “problemilla”  con la reserva  y el buen hacer de estos amigos, me dan la tarjeta de la habitación y…….¡coooooño¡ , esto si es un hotel y no lo del año pasado con los Gays, este año cambiaron el nombre, Hotel Feliz, se llama ahora (seguro que después de mi instancia decidieron cambiar el nombrecito) jejej,  subo al piso noveno, abro la puerta, dejo las cosas y recorro las cortinas de la terraza y hay, delante de mí…. la bahía de Palma para mi solito, veo incluso a la izquierda hasta los barcos del rey desde mi ventana, miro para abajo y una piscina con agua azul que parece un brazo de mar que entra en el hotel y con mujeres y todo, un autentico lujo, abro la puerta del lavabo y un yacusi para mi solito, y pienso ¡no se habrán equivocado¡, pero no, era para mi.
Con todo colocado y listo me hecho un sueñecito y me despierto para comer, lo ago y espero a los amigos Juan Jose y  Andy  primeras charlas y una cervecita en la piscina , se nos pasa rápido el tiempo y Andy se tiene que marchar a cumplir con la costilla y Juan Jose como magnifico guía y yo hacemos un recorrido por el barrio antiguo Mallorquín, el tramo que mas me gusto fue entre la Catedral y la Plaza de Cort con bellísimos palacios como el de Colom, el de los Villalonga, Truyols y el de Oleza
También cerca de aquí encontraremos el Palacio Arzobispal, la Iglesia de San Francisco y los Baños Árabes, éstos últimos son los escasos restos de lo que fue la ciudad en época de dominación musulmana, sus calles estrechas, pequeñas plazas y rincones para besos furtivos de amantes con noches  y sabanas de seda con olor a dos entre el sueño y la vigilia, nos arropa con luz de farolas de tiempos pasados .
La noche nos fue alcanzando entre estas calles de increíbles pasados, y antes que el crepúsculo en noche se convierta, decidimos que se hacia la hora de cenar y mi improvisado guía opto por llevarme a un lugar donde yo nunca había estado, al hipódromo de Son Pardo y mientras cenábamos vimos a la fresca  de la noche las carreras  con los magníficos trotones mallorquines, en este tipo de carreras, los caballos, los llamados trotones, tiran de un pequeño carro de dos ruedas en el que se encuentra el jinete que lo dirige, también se puede apostar al ganador y mil cosas mas, pero eso lo dejamos para los entendidos, nunca me hubiese imaginado que cenaría en un lugar tan peculiar como este, pero la verdad es que es un sitio magnifico y con un ambiente tremendamente espectacular  y singular, se termino la velada con café con hielo, y para el hotel, que mañana seria el día H para la III Vuelta a Mallorca.
La noche, como siempre que hay un gran evento (y este lo es) se hace larga por que me despierto mil veces, y cuando el reloj toca a diana ya estoy duchado y listo para el ataque, a si que un almuerzo rapidito
y para el Parking de la estación marítima nº1 de Porto Pí,
Primeros saludos a amigos y conocidos del año anterior, fotos, recogida de bolsa de bienvenida  y la reunión  para informar a todos las normas y los pormenores de esta vuelta, seguidamente suena una bocina y …….todos en formación de “desmadre” para la salida, teníamos que salir los primeros kilómetros en tres grupos pero las ganas de salir hace que los tres grupos se conviertan en uno … esto parecía los trotones de la noche anterior por coger buen sitio para la salida y situarse en lugar de privilegio, ¡BOCINAZO¡ y …. Todos a una, como en Fuenteovejuna, o mariquita el ultimo como diría otro,
por la Autopista de Poniente ponemos rumbo a Calvia, apenas veinte kilómetros que hacen que se apacigüen los nervios y nos pongamos a las puertas de la Serra de Tramuntana por que las curvas empiezan a enlazarse poco a poco y la carretera a ir mirando al cielo según nos adentramos en la reina de las alturas de esta isla, hacemos nuestra primera parada para repostar en Valldemosa  y continuamos por parajes sin igual entre milenarias encinas, olivos y algarrobos que pueblan la sierra Tramontana, con acantilados que dan al mar como cortinas en palacios de reyes, después un pequeño bosque con olor a mar, que nos da paso a una carretera estrecha pero bien afaltada ... vistas a los acantilados por un lado y las laderas montañosas por el otro parece como si la serpiente de color que forman nuestras vespas en
esta zizageante trayecto  fuera la cola multicolor de la cometa que serpentea libre y nerviosa  dando al paisaje un color diferente, espectacular y colorido, dejamos atreas el Gorg Blau un embalse artificial precioso que se encuentra entre Lluc y Sóller, la primera vez que lo vi me pareció increíble: kilómetros entre montañas y de repente, tras un túnel, aparece imponente este lago de aguas azules y calmas, atravesamos el túnel y nos dirigimos al polideportivo de Pollença, un lugar de privilegio sin igual, como anécdota en Pollença os cuento, descansó Winston Churchill, se inspiró Agatha Christie y pasaba los veranos Peter Ustinov entre otros, aquí pararemos y daremos una alegría a nuestro trasero con el descanso y al estomago con una comida de hermandad y compañerismo del bueno, es hora de mirar y revisar con mimo la mecánica de la madrileña, pero esta perfecta, la acaricio con mimo como si ella sintiera el cariño que la profeso, he intento descansar lo que se pueda por que quedan los “últimos” 150 kilómetros de Vuelta.
Y de Pollença donde dejaremos poco a poco la sierra de Tramontana  hasta Artá, la llanura, el calor, y el cansancio se va apoderando poco a poco de algunos de nosotros y dejamos atrás Porto Cristo, Santany , Ses Salines, donde es la ultima parada de descanso y repostaje, debemos esperar por que un cable de acelerador dijo que ya no aceleraba mas, y desecho el entuerto y con cable nuevo la primavera, reanudamos la marcha ya con el sol poniéndose por el horizonte Mallorqui con su mejor puesta de sol, sin duda las que se ven desde el mar, nosotros rodábamos cerca de los acantilados de Cap de Regana hasta Cala blanca y llegar al Arenal, donde nos escoltaría la Policía Local, por primera línea de playa, ¡Imaginaos¡, la mejor playa de Palma ¡creo¡, al caer la tarde, abarrotada de persona tomando la cervecita de rigor, otras mirando o comprando en las centenares de tiendas que hay en la margen derecha, otras paseando y ven con cierta incredulidad una moto de Policía Local con prioritarios puestos y un enjambre de chalados después de 330 kilómetros en sus vespas sonriendo y saludando, haciendo sonar sus claxon como si fueran las bocinas de los barcos  que no muy lejos atracados están, saludando al pueblo como los generales venidos de batallas haya en tierra lejanas, como si fuéramos una carga de caballería, ... y escucho los aplausos de unos y otros, los que han venido a vernos y animar y los que estaban, veo sus caras y sus gestos de incredulidad y sorpresa en otros, y nosotros encima de nuestras monturas de hierro y años, orgullosos y satisfechos por estar aquí, por que un año mas salio todo perfecto, por que un año mas disfrutamos con la isla y no es ficción!, ni es un disfraz, es un auténtico chaparrón de vivencias con amigos, de sensaciones, de olores, de luces, de pasión por sentir la vespa, por sentir la vida en vespa.
Después de todo esto se termino la fiesta en el Club de Mar, un local situado en plena venida del Puerto, aquí nos tomamos las penúltimas cervecitas, se sortearon regalos, ¡por cierto a mi me toco el regalo estrella ¡un casco¡ GRACIAS, y poco a poco se diluía la fiesta  como el azúcar en el agua azul de esta isla preciosa , el cansancio ya era mas que evidente en algunos y en otros, y fuimos abandonando la fiesta….hasta aquí la III Vuelta a Mallorca 2010, Viva la IV

Vuelta a Mallorca 2011

Pero esto no fue todo en esta vuelta, por que el domingo hice yo solito la misma vuelta del día anterior pero con otras reglas y al revés, me marque en el mapa cuatro puntos que tenia que visitar, estos eran, Cala Pi, por que desde su mirador se puede fotografiar la isla de Cabrera en días soleados y el día estaba perfecto  y así fue, en Capdepera , ¡por cierto¡  Juan Jose, a la entrada de este pueblo hay un hipódromo de trotones para entrenar, y tenia que ver Cala Rajada, tengo las fotos, la tercera era visitar el faro de Formentor, ¡increíble¡, no paséis por esta isla sin ver esta maravilla de la naturaleza, y por ultimo Port dÁndrats, cuatro puntos para estirar los kilómetros en la isla y se notaron, de los 330 del primer día, a los 456 de este, la diferencia  esta en que en ocasione tienes que volver por el camino que fuiste por que no hay salida, la experiencia fue fantástica, y la vespa como siempre, sin un simple problema, comportándose con las exigencias que yo le doy, y os aseguro que le exijo en ocasiones por encima de su limite, este fin de semana cerquita de los mil kilómetros cuando hoy lleguemos a casa si Dios quiere, por que esta crónica la estoy escribiendo en el barco en pleno Mediterraneo.

En casa sin novedad.

ser felices


Manuel M. (MAMU_56)

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